Quizás pensaba esto desde temprana edad, ganar mucho dinero y hacerse
rico; o tal vez, como todos, buscaba el bienestar económico para él y
su familia. De todas formas, al conocer su historia, la imagen que veo
es la de un emprendedor decidido, que sabía muy bien lo que quería y, lo
más importante, cómo lograrlo.
En toda sociedad, en todos los tiempos, desde la antigüedad y hasta
nuestros días, hay individuos que por su temperamento, carisma, talento o
alguna característica especial, destaca entre el común de la gente y
son quienes marcan el rumbo en sus respectivas actividades. Konosuke
Matsushita, el fundador de la mega-corporación “Matsushita Electric” es
uno de ellos.
A los 9 años fue enviado por su familia a un taller de braseros
(hibachi) para que aprendiese el oficio. Su salario mensual como
aprendiz era de 10 centavos de yen. Luego fue a trabajar a una tienda de
bicicletas. También se desempeñó en una fábrica de cemento antes de
ingresar a una empresa importante del rubro eléctrico cuando tenía 16
años. Pero su destino no era ser empleado de por vida y a los 23 años
renuncia para comenzar a construir su propio futuro.
Con el dinero ahorrado, más lo que recibió al retirarse de la
fábrica, acondiciona una vieja casa en donde monta su taller. Cuesta
creer que fue en un modesto taller donde nació esta empresa, que tan
sólo en una generación y al mando de un emprendedor autodidacta, que
comenzó su carrera como simple aprendiz, se convirtió en una de las
compañías multinacionales más importantes de Japón y el mundo.
El viejo Konosuke nació predestinado para los negocios. Cuando era
niño y trabajaba como mandadero, era el encargado de comprar los
cigarrillos para sus compañeros. Como esa tarea la realizaba con
bastante frecuencia, se le ocurrió comprar una buena cantidad para no
tener que salir tan seguido. Como en la compra recibía un descuento del
comerciante, el pequeño y astuto Konosuke se quedaba con la diferencia.
Un negociante nato.
Matsushita era un guerrero en los negocios, y de los que no se rinden
hasta entregar la última gota de sangre. En un período difícil, cuando
las ventas habían caído, decidió tomar el puesto de su gerente de ventas
para revertir la situación. En forma personal, visito a uno por uno de
sus clientes. Quitó personal de producción y la destinó a ventas, todo
el equipo trabajó en largas jornadas, de lunes a lunes. En poco tiempo,
liquidaron todas las existencias de los galpones y aumentaron la
producción.
A pesar del éxito, Konosuke Matsushita fue un empresario muy
comprometido con el bienestar de sus trabajadores. A quienes les dio
participación en las ganancias de la compañía y benefició con diversos
servicios sociales. En una oportunidad, cuando le preguntaron cual era
el concepto que tenía de su empresa, él respondió: “Matsushita Electric
es una compañía que forma hombres y, en forma paralela, fabrica
electrodomésticos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario